Se presume que lo que hoy conocemos como Halloween, empezó hace unos 2.000 años atrás.
Los Celtas, (que habitaban partes de lo que hoy es Irlanda, el Reino Unido y el norte de Francia) celebraban Samhain, una fiesta pagana que marcaba el final del verano y de las cosechas, y el principio del frío y oscuro invierno que usualmente traía con él muchas muertes.
Los Celtas, (que habitaban partes de lo que hoy es Irlanda, el Reino Unido y el norte de Francia) celebraban Samhain, una fiesta pagana que marcaba el final del verano y de las cosechas, y el principio del frío y oscuro invierno que usualmente traía con él muchas muertes.
Los Celtas creían que la noche antes del nuevo año (31 de octubre), los dos mundos, el de los muertos y los vivos, se unían de alguna manera. Durante Samhain, ellos pensaban que los fantamas de sus familiares y amigos aparecían a causar problemas. Es por eso que era tradición dejar comida en la puerta (para que los fantasmas no entrarán a pedir comida) y muchas veces usaban máscaras, para que los fantasmas no los reconocieran o los confundieran por otros fantamas.
Con la inmigración europea a los Estados Unidos, principalmente la de los irlandeses en 1846, llegó la tradición de Halloween al continente americano.
Pero antes de 1930, no podías salir a comprar un disfraz en cualquier tienda, porque todavía no los vendían. Es por eso que todos los difraces de esa época eran hechos en casa. Usualmente utilizaban papel maché y cera para crear máscaras, y los resultados eran escalofriantes.
Pero antes de 1930, no podías salir a comprar un disfraz en cualquier tienda, porque todavía no los vendían. Es por eso que todos los difraces de esa época eran hechos en casa. Usualmente utilizaban papel maché y cera para crear máscaras, y los resultados eran escalofriantes.