El arte gótico es el que corresponde a la Baja Edad Media, en su mayoría el siglo XIII, aunque comienza en el siglo XII y alcanza hasta el XIV, y en algunos países hasta el XV. Este es un período dinámico desde el punto de vista socioeconómico, muy variado, con intensos contactos con Oriente a través de las cruzadas y las rutas comerciales, la burguesía nace en las ciudades. Es un estilo muy ligado a los nuevos centros culturales, universidades, catedrales y ciudades en general. El auge de las ciudades favorece la aparición de las órdenes mendicantes, franciscanos (1209) y dominicos (1216). Las monarquías recuperan su poder poco a poco, debilitando el sistema feudal.
El termino gótico fue utilizado por primera vez en el siglo XVI por el italiano Giorgio Vasari, gran historiador del arte. Con él quería definir el "oscuro" arte de la Edad Media frente al glorioso pasado de la Antigüedad Clásica.
Según esta definición el arte gótico era sinónimo de bárbaro, cargándose de connotaciones negativas. Esta actitud hacia el arte medieval se mantiene hasta las primeras décadas del siglo XIX, cuando el movimiento romántico descubre con asombrosa admiración la arrolladora fuerza y originalidad del Gótico, de manos del joven Goethe.
Se sueña a partir de este momento con un renacimiento del arte medieval, llenándose de nuevo contenido al termino gótico que empieza a distinguirse y separarse claramente del románico.
El entusiasmo romántico y el historicismo, lleva a cabo amplias restauraciones de edificios medievales, llegándose a establecer el estilo neogótico, arquitectura realizada a imitación de la gótica medieval.
Actualmente como gótico entendemos un amplio período artístico, que según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, pero que de forma general podemos establecer desde mediados del siglo XII hasta comienzos del XVI. Ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas de país en país.
Este arte se ha definido durante mucho tiempo de manera bastante superficial, exclusivamente por la utilización de uno de sus elementos, el arco apuntado, al que suele llamarse arco ojival; pero la utilización de un elemento no puede definir un estilo de forma global, se trata de un problema más amplio, de una nueva etapa histórica, una nueva concepción del arte y con él del mundo. Un elemento estructural, por importante que sea, no puede resumir un concepto global sobre la vida.
Los nuevos edificios religiosos se caracterizan por la definición de un espacio que quiere acercar a los fieles, de una manera vivencial y casi palpable, los valores religiosos y simbólicos de la época.
El emblema del arte gótico es la catedral, donde se dan cita todas las artes, tendencia que viene del románico. Encontramos una humanización de los tipos religiosos, que son mucho más naturales. Se pasa de la Virgen reina a la Virgen madre, al Cristo doloroso en la cruz y a los adornos mundanos. Ahora se ve en la naturaleza la obra de Dios, la creación, y la belleza nos acerca a Dios. Pero también aparecen edificios civiles en las ciudades, los palacios, los ayuntamientos y las lonjas. La catedral se va a llenar de luz, y es la luz la que conforma el nuevo espacio gótico. Será una luz física, no figurada en pinturas y mosaicos, luz general y difusa, no concentrada en puntos y dirigida como si de focos se tratase, a la vez que es una luz transfigurada y coloreada mediante el juego de las vidrieras, que trasforma el espacio en irreal y simbólico.
La luz está entendida como la sublimación de la divinidad. La simbología domina a los artistas de la época, la escuela de Chartres considera la luz el elemento más noble de los fenómenos naturales, el elemento menos material, la aproximación más cercana a la forma pura.
El arquitecto gótico organiza una estructura que le permite, mediante una sabia utilización de la técnica, emplear la luz, luz transfigurada, que desmaterializa los elementos del edificio, consiguiendo sensaciones de elevación e ingravidez.
Durante este periodo se instala una nueva religiosidad, en la que destacará santo Tomás de Aquino, la Escolástica. La filosofía de Aristóteles se interpreta a la luz de la fe cristiana. Pero también se reinterpreta a Platón. El neoplatonismo será fundamental para la aparición de una estética basada en la luz, ya que identificaba a Dios con la luz, la luz celestial. San Benito, san Roberto y san Bernardo pretenderán la reforma de la orden de Cluny, recuperando su esencia austera.
La orden del Císter fue la que creó y difundió el nuevo estilo, tras la reconstrucción de la abadía de San Denis por el abad Suger. Era una arquitectura sobria, austera y luminosa. En principio estaba exenta de motivos decorativos, proclamando su aniconismo. No obstante, las catedrales se irán llenando de estatuas y pinturas. El artista comienza a ser reconocido y en algunos casos firmará sus obras. Sobre todo alcanzan gran prestigio los maestros de obra.