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La muerte más brutal en la historia del buceo

La muerte más brutal en la historia del buceo ocurrió en segundos. Una escena tan espeluznante que todavía causa escalofríos.

En 1984, en la plataforma petrolera Byford Dolphin, sucedió uno de los accidentes más grotescos jamás registrados en el mundo del buceo. Cuatro buzos descendieron a grandes profundidades dentro de una campana de buceo. Pero algo salió terriblemente mal.
Durante el ascenso, enfrentaron problemas técnicos. El equipo en tierra los esperaba. Pero lo que encontraron fue una escena sacada de una película de horror.
Estas campanas están diseñadas para soportar una presión brutal a medida que bajan. Al subir, los buzos deben pasar por un túnel que conecta con una cámara de descompresión, que adapta el cuerpo al cambio sin causar daños internos.
Todo debe estar perfectamente sellado y calibrado pero ese día, un error humano desató el desastre.
Dos buzos ya estaban en la cámara, donde otros dos descansaban. Todo parecía ir bien, hasta que un operador externo abrió la compuerta al túnel, sin notar que la escotilla interna aún estaba abierta.
En ese momento la tragedia fue instantánea, la presión dentro era 9 veces mayor que afuera y el resultado fue una descompresión explosiva.
Los cuerpos fueron destrozados en milisegundos.
Uno de los buzos fue literalmente desintegrado como se muestra en la foto, partes de su cuerpo fueron halladas pegadas al techo de la cámara. Un infierno mecánico convertido en realidad.
Hasta hoy, sigue siendo considerada la muerte más violenta en la historia del buceo.

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