La historia trata sobre una niña pobre que intenta vender fósforos en las calles durante una fría y oscura Nochevieja. Descalza y hambrienta, la niña no logra vender ni un solo fósforo, y teme regresar a casa, ya que su padre la castigará por no haber ganado dinero.
Para combatir el frío, la niña comienza a encender los fósforos, uno por uno. Cada vez que lo hace, ve visiones hermosas y cálidas: primero, una estufa encendida que la calienta; luego, un banquete delicioso; más tarde, un hermoso árbol de Navidad. Finalmente, enciende otro fósforo y ve a su abuela, la única persona que la había tratado con amor.
La niña quiere quedarse con su abuela para siempre, así que enciende todos los fósforos para prolongar la visión. Cuando los fósforos se apagan, la niña muere congelada, pero en ese momento su espíritu se eleva junto con su abuela al cielo, donde encuentra la paz y la felicidad que nunca tuvo en vida.
Al día siguiente, los transeúntes encuentran su cuerpo y lamentan su triste destino, pero no se dan cuenta de las maravillas que vio en sus últimos momentos.
El cuento transmite un mensaje sobre la indiferencia de la sociedad hacia los más vulnerables y la esperanza en medio del sufrimiento.
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