Cerca de 400 muñecas miran a través de los vidrios de una enorme casa en Valparaíso, ubicada en una esquina en el centro de la ciudad porteña.

Es así como muchos locatarios prefieren cruzar por otro lado, caminar rápido o simplemente no mirar, especialmente por un enorme muñeco vestido con el uniforme de la Escuela N°3 Santa Ana de Valparaíso, que figura sobre el balcón.
Sin embargo, a pesar de las teorías que apuntan a que dentro de la casa ‘reside un brujo’ o que ‘está maldita’, la verdad detrás de estas muñecas se aleja del terror y evoca a la tristeza.

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Es así que, junto a su deseo, el hombre decidió colocar los juguetes en la ventana en ‘espera del regreso de la niña’, al igual que su habitación que se encuentra cerrada desde su fallecimiento. “Ella es la única que puede abrir la puerta”, expresa el porteño y expresa: “pienso que mi hija va a llegar”.

Las leyendas sobre la ‘maldición de las muñecas’ comenzaron no sólo por los juguetes, sino que además por la ocupación de Luis, quien es tarotista. No obstante, el hombre descarta totalmente que su ocupación tenga relación con la brujería y sostiene que las muñecas están ahí sólo por cumplir el deseo de su hija muerta.