A muchos cuando niño le dijeron que si no se dormía o no se comía toda la comida, iba a venir El Viejo del saco y se los iba a llevar. Siempre fue una forma de asustar a los niños pero que quedaba sólo en eso. Sin embargo, existe una historia real que podría tratarse del verdadero viejo del saco o por lo menos haberla inspirado.
Se trata del caso de Francisco Leona, conocido como "El Moruno", un agricultor español de comienzos del siglo XX que sufría de tuberculosis. Al no poder encontrar cura para su enfermedad, su mujer lo contactó con un curandero que le dijo que la única forma de curarse era que bebiera sangre caliente de un niño y que sus entrañas se las pusiera en el pecho.
Junto con otro hombre, llamado Julio Hernández, el Moruno fue en busca de un menor. El escogido fue Bernardo González, un niño de siete años que se encontraba bañándose junto a otros chicos en un río. Los dos hombres convencieron al niño de acompañarlos a recoger frutas.
En el trayecto, al parecer el menor se arrepintió de acompañarlos e intentó retroceder. Fue ahí cuando Leona lo agarró y lo metió dentro de un saco. Con el niño atrapado caminaron hasta un lugar donde los esperaba la esposa de El Moruno.
Entre los tres, al niño le hicieron un corte por el costado por donde fluyó la sangre, la que iba cayendo a una olla de la cual Leona la iba bebiendo.
Luego desde la misma herida extrajeron las entrañas para que se las pusiera en el pecho. Finalmente, ya cuando todo estaba terminado, llevaron el cuerpo del menor a un barranco, le desfiguraron la cara y lo lanzaron.
Al final todos los involucrados en el macabro crimen fueron detenidos y condenados a muerte. El siniestro hecho fue informado por el diario ABC de España en una nota el 11 de agosto de 1910.
Fuente: abc.es