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¿EXISTEN LOS VAMPIROS?





POR HORACIO VELMONT



Según la leyenda popular, el vampiro es un individuo aparentemente muerto que sale de la tumba durante la noche, a menudo en forma de murciélago, y succiona la sangre de las personas dormidas para alimentarse.

La tradición dice que solamente pueden ser destruidos por cremación o clavándoles una estaca en el corazón.

La creencia en los vampiros se remonta a la antigüedad y estuvo muy extendida entre los eslavos.

La novela Drácula (1897) del escritor irlandés Bram Stoker cuenta la historia del conde Drácula, un vampiro de Transilvania, que con el correr del tiempo se convirtió en uno de los personajes más famosos de las películas de terror.

Ésta es, en síntesis, toda la historia del vampirismo.

Este tipo de vampiros no existe y solamente es fruto de la imaginación popular exacerbada por las películas de ciencia ficción.

Tampoco existen personas que necesiten beber sangre humana para sobrevivir. Lo que sí existe es el vampirismo como enfermedad mental y las personas que lo padecen tienen la creencia de que necesitan beber sangre humana para sobrevivir.

Pero se trata, nada más y nada menos, que de un vulgar trastorno psicogénico engrámico.
  


Los vampiros no son algo que empezara el señor Bram Stoker con su Drácula, parece que han estado acompañándonos durante toda la historia del hombre de diferente manera.

Los egipcios tenían miedo a un pájaro "bebedor de sangre", creían que ese pájaro era la reencarnación de un inocente ajusticiado, que venia con esa forma para atacar a los hijos de sus enemigos.

Los antropólogos dicen que el origen de la creencia de los vampiros viene por las enfermedades con pérdida de sangre, que en la antigüedad se achacaba a seres que atacaban durante la noche, que buscaban el alimento que los mantenía vivos.  

Según una antigua leyenda el primer vampiro nació debido a un sueño de Adam, antes del nacimiento de Eva. Durante un sueño Adam deseó intensamente compañía femenina y de repente se sintió satisfecho. Este principio de vida que no generó otra similar, se mantuvo viva con una fuerza sobrehumana de supervivencia. En el momento que encontró un cadáver, surgió el primer vampiro. Curiosa leyenda. ¿no?   

La definición:

En el Diccionario Infernal de Collin de Plancy publicado en 1803 aparece lo siguiente: "Se da el nombre de upiers, upires o vampiros en Occidente; de brucolanos en Medio Oriente; y de katakhanes en Ceilán, a los hombres muertos y sepultados desde hace muchos días que regresaban hablando, caminado, infectando pueblos, maltratando a los hombres y a los animales y, sobre todo, sorbiendo su sangre, debilitándolos y causándoles la muerte. Nadie puede librarse de su peligrosa visita si no es exhumándolos, contándoles la cabeza y arrancándoles y quemándoles el corazón. Aquellos que mueren por causa del vampiro, se convierten a su vez en vampiros".

En los Pirineos se daba el nombre de brucolacos a los ahorcados injustamente. Por las noches iban a chupar la sangre de sus verdugos.

En el Rapaganmek Acadio aparece la primera figura del vampiro literario.

En una tablilla de la Diosa Isthar "Descenso al país inmutable", esta condensada la esencia de los vampiros.

En Grecia se los llamaba Vaimones Prostoxivi. Y en la Edad Media eran llamados luttins por los normandos y voukodlaks por los eslavos.  

Y de repente aparecieron en masa…

Los vampiros habían ido desapareciendo hasta el siglo XVII, el Abad Dom Agustín Calmet, erudito en arqueología y teología, publico un librito: Vampiros en Hungría y los alrededores.

"Cuentan las gentes, que han visto a muertos, que llevaban varios meses enterrados, volver, hablar, caminar e infestar pueblos enteros, maltratando hombre y animales, chupando la sangre de los inocentes, a los que enferman, y por último, los llevan a la muerte. De esta desgracia nadie se salva, porque es imposible evitar las visitas de tales enemigos. El remedio parece ser desenterrar a los muertos, cortarles la cabeza, arrancarles el corazón y  quemarles. Se confiere a estos resucitados el nombre de upiros o vampiros, que es como tacharlos de sanguijuelas. De ellos se describen tantas particularidades, todas ellas detalladas y revestidas de hechos tan evidentes, y de informaciones jurídicas, que uno debe creer a los habitantes de estos países cuando afirman que los resucitados salen de sus tumbas para causar tanto daño...".

Algunos editores y algunos sectores de la iglesia convirtieron esta obra casi en una lectura obligatoria... para frenar el avance del protestantismo. De esta manera resurgió el mito de los vampiros con fuerza.  

Voltarire escribió: "... no se oye hablar más que de vampiros entre 1730 y 1735, se les descubre en todas partes, se les tiende emboscadas, se les arranca el corazón, se les quema..." El pensador llego a la conclusión que se estaba matando a muchos inocentes  incautos, cuando los verdaderos vampiros eran los poderosos  que "chupaban la sangre a los débiles", "religiosos que abusaban de la ignorancia del pueblo".

Se ha comprobado que a ciertas capas arcillosas, lo mismo que otras clases de tierras, son capaces de mantener una temperatura cercana a los 0º, con lo que impiden que se corrompan los cadáveres. Seguramente esto ha llevado a considerar santos o vampiros a muchos, dependiendo si el cementerio estaba en un región católica o pagana.

La idea de que la sangre era sinónimo de juventud daba pie a algunos de los crímenes más espantosos de la Humanidad. La condesa Elizabeth de Bathory, sometió a infinidad de jóvenes vírgenes a unas torturas sexuales, para extraerles la sangre que luego ella misma bebía dentro  de un festín diabólico. Sucedió a principios de siglo XVII en Transilvania.

Más bebedores... Gilles de Rais, que en el siglo XV mataba niños para extraerles la sangre. Actualmente también hay algunos enfermos mentales que creen necesitar este liquido como alimento...Eso sí, la mayoría se conforma con la de los animales.

Un hecho clave es que la Iglesia concede a la sangre una importancia más que importante, es el centro mismo de la Misa, en la consagración el vino se convierte en sangre.  



Y LLEGO DRÁCULA 

Bram Stoker basó su novela en las leyendas surgidas de la Europa Central. sobre todo de Transilvania. Posiblemente leyó el libro de Dom Agustín Calmet y los relatos de Polidori. Lo que sí está más que claro es que se basó en el caudillo Válaco Vlad. "EL EMPALADOR".

Stoker  era un hombre reservado, periodista que conocía bien su oficio y seguidor del esoterismo. No destacaba por su brillantez. Pero su estilo tenia gancho popular, y era del estilo a los relatos por entregas que por esa época tenia mucho éxito.

Lo que más impresiona del vampiro no es su figura, es más su comportamiento: no se refleja en espejos, solo recibe al invitado por la noche, puede descender por las paredes del castillo como si fuera un gato... abandona el barco en el que viaja con forma de perro gigantesco... es capaz de apoderarse de la mente de un loco homicida para que le permita entrar donde se encuentran sus víctimas... así es Drácula.  



VAMPIRAS

La más clásica es Carmilla de Sheridan Le Fanu, y  Clarimonda de Gautier. También esta Verónica Aisworth, que es la vampira de Orgasmo de sangre, un breve relato, de Carter Scott.

Las vampiras no se diferencian de los hermanos masculinos, quitando que ofrecen las hermosura de las grandes amantes de la historia: Cleopatra, Mesalina, Lucrecia Borgia, etc. Son dueñas de grandes riquezas y tienen un séquito fiel de criaturas infernales.  



EL CINE... BELA LUGOSI

Hollywood universalizó este mito gracias a las películas de vampiros  de los años 30. El actor que interpretó a Drácula fue Bela Lugosi. Puso tanto de sí mismo, que terminó creyéndose un vampiro, aunque no le dio por beber sangre. No sólo interpretó el papel varias veces, tanto en cine como en teatro, se vestía en la calle igual que en los escenarios, adoptó gestos y hábitos propios de los vampiros.... hasta que se lo dio por loco.

Christopher Lee fue otro actor que interpretó este personaje en varias ocasiones, muchos imaginamos al vampiro con el rostro de este actor.