Considerado uno de los libros más peligrosos del mundo, El Necronomicón es una creación literaria que viaja entre los límites de la ficción y la realidad brutal; se cuenta que, siendo completamente verdadero dicho ejemplar, las personas que han osado leerle y estudiar las profecías, hechizos, encantamientos y juicios que ahí se contienen, a menudo han caído en la locura o la muerte. Siguiendo la creencia de que este libro existe, hay quienes aseguran que todas las copias originales de tal título se mantienen bajo llave en bibliotecas o colecciones en extremo privadas. Bastantes lectores de la novela gótica y de terror se han fascinado excesivamente por dicho relato, aquél que narra el paso histórico de un ejemplar bibliográfico capaz de enlazar el mundo que conocemos con otro anterior y sobrenatural, de ocasionar el fin de esta tierra como la conocemos.
Por lo mismo, hay organizaciones políticas y religiosas detrás de cualquier rastro que pueda indicar su paradero. Bastante extraño para un libro que se dice falso según otros, ¿no es así? Un sector de estos consultantes e interesados asegura que dicho objeto jamás ha existido mas que en la imaginación narrativa, tratando de negar cualquier dato o sospecha de su paradero.
El escándalo comenzó con el escritor norteamericano H. P. Lovecraft, autor de diversas historias fantasmagóricas y de tinte diabólico, mayormente reconocido por sus relatos en torno a Cthulhu, pero también ubicado por la supuesta creación o conocimiento sobre El Necronomicón. Según la mente genial de este hombre de letras, dicho escrito no existe en el planeta Tierra de verdad, fue inventado por él y nada más. De ser así, Lovecraft nos estaría ocultando una herramienta fantástica con la información suficiente como para revelar los orígenes terroríficos de la humanidad, los oscuros rituales que en ella se practican y demás estudios de lo oculto.
El autor insistió en repetidas ocasiones que tanto el libro como los nombres que en su novela se manejan son ficticios, pues él mismo los creó. Un dato que no ha convencido demasiado a los investigadores de lo paranormal, pues mucho de lo retratado por el escritor coincide misteriosamente con otros hechos y suposiciones del ocultismo.
Además, en su biografía, el mismo Lovecraft pareciera dejar los datos necesarios para un rastreo más complejo de la obra diabólica. Gracias a esos apuntes se ha podido generar un mapa que dirija al autor original del Necronomicón real, no a la novelización del estadounidense; partiendo del personaje lovecraftiano, Abdul Al-Hazred y otras notas pertinentes, se ha hallado que el astrólogo Abu ‘Ali al-Hasan o el místico judío Alhazen ben Joseph pudieran ser sus creadores.
Dicho material demoniaco hasta la fecha se sigue manteniendo como un misterio; se suponen mil y un formas de cómo éste se originó en el Medio Oriente, pasando por el mundo griego y latino para ser traducido, manejado y heredado a la Europa Moderna, más tarde llegando a América y desatando un culto tanto extraño como peligroso.
Fanáticos de todo el mundo se han dado a la tarea de investigar y buscar el mencionado libro pero, en caso de haber sido encontrado, no han sido revelados los detalles de su lectura. Incluso se ha dado el caso de falsificaciones y timos por parte de charlatanes en la red que aseguran poder conseguir copias del Necronomicón oficial. No sabemos si realmente el libro maldito que nos puede guiar a la destrucción exista, pero por si las dudas, y en caso de que Lovecraft hubiera ocultado investigaciones primordiales para su hallazgo, debemos tomar en cuenta que en el planeta existen versos con el poder oscuro de dañar la mente de su lector y atentar en contra de la humanidad entera.
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