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Eligen las mejores cintas de terror gótico del cine

 el diario británico The Guardian compiló las 10 mejores cintas de terror gótico de la historia, en una lista dominada casi exclusivamente por cintas clásicas como las primeras versiones de Drácula (1931) y Frankenstein (1931). Como se trata de un medio brítánico, se enfatiza por el subgénero gótico porque es una variante nacida en Europa y que proviene del romanticismo: con paisajes sombríos, bosques encantados, castillos medievales con sótanos, criptas y habitados por fantasmas, entes y demonios.
El orfanato (2007)
El deslumbrante debut del español Juan Antonio Bayona (Lo imposible), que resucitó el terror victoriano con la historia de unos niños fantasmas en una vieja casona, fue elegida en el décimo lugar de la lista. Sus méritos son evidentes, una cinta de atmósferas, sin golpes bajos, bien actuada y con los giros necesarios para provocar desasosiego.
Cuando cae la oscuridad (1987)
Mucho antes de alcanzar los Oscar con The hurt locker, Kathryn Bigelow hizo esta modesta cinta de vampiros cruzada por el road movie (titulada originalmente Near dark), sobre un grupo de chupasangres que recorre pueblo de Texas matando y alimentándose de la sangre de los humanos. Un joven seducido por una bella chica vampiro se une a ellos y debe luchar con su nueva condición y su familia, quien lo busca desesperadamente. Una atípica y muy poco conocida cinta con una lograda atmósfera.

Suspiria (1977)

Una fantasía barroca y macabra, esta cinta, la más popular del italiano Darío Argento, cuenta la historia de una bailarina en una academia europea que descubre secretos ocultos tras los pasillos de su facultad. Una colorida puesta en escena en los bordes de la locura de su protagonista, la cinta es quizás un poco anticuada pero un ejemplo de terror gótico moderno.

El bebé de Rosemary (1968)

Una de las tantas joyas que Roman Polanski hizo en la década del 60', esta cinta rodada en Nueva York se ambientó en los límites del satanismo con la oscura historia de un joven matrimonio que luego de la llegada de su hijo, son conducidos por una secta hacia el diablo mismo, quien "reclama" que su hijo es nada menos el hijo de Lucifer. Polanski cruza la tradición pagana europea con la América moderna en esta variante del relato gótico.

El pozo y el péndulo (1961)

Una de las tantas adaptaciones de Edgar Allan Poe que se hizo en esas décadas, y en especial por el productor Roger Corman, este filme protagonizado por Vincent Price, máximo rostro del terror gótico, es la historia de un joven británico que investiga la muerte de su hermana en el castillo en el que habitara con su marido, en España, quien es hijo de un perverso inquisidor cuya presencia en el recinto pudo haberse extendido más allá de la muerte.

El horror de Drácula (1958)

Una de las cumbres de la productora inglesa Hammer Films, especialista en terror gótico, es esta cinta protagonizada -era qué no, por Christopher Lee y Peter Cushing- y donde  el relato original se ambienta en occidente donde el Conde Drácula llega a vivir y se enamora de una joven. Llamado por la familia, aparece el profesor Val Helsing para hacerle frente. Es prácticamente la misma historia, y una de las cintas que posicionaron a la productora inglesa en el firmamento cinéfilo.

Rebecca (1940)

Más que un relato terrorífico propiamente tal, la cinta debut de Alfred Hitchcock en Hollywood es una historia de suspenso gótico en torno a una joven recién casada que vive con la presencia fantasmal de la primera esposa de su marido en una sombría casona. El bosque, la enorme casa y la ambientación plena de sombras, le dan el tono visual a este filme en que el personaje principal es una muerta, tal como en Vértigo.

Frankenstein (1931)

La icónica cinta de James Whale dio la partida al período de terror del estudio Universal con los clásicos góticos por definición. Con fuerte aliento teatral y expresionista, la cinta se mantiene fresca con su fantástica iluminación y decorados, y la potente aparición de Boris Karloff como la bestia.

Drácula (1931)

El mismo año que Frankenstein, el director Tod Browning adaptó la historia de Mary Shelley y que había tenido éxito en el teatro, con el mismo actor: Bela Lugosi, quien se consagró como el muy teatral conde. A diferencia de Frankenstein, esta cinta se ve más anticuada e ingenua, pero la figura de Lugosi y la iluminación a sus ojos ya son parte de la iconografía inmortal del cine.

Nosferatu (1922)

La casualidad hizo que esta cinta adaptada de la novela Drácula, que no obtuvo los derechos cinematográficos, siguiera su camino haciendo ligeras modificaciones que ya pasaron a la historia. Como que el conde se haya transformado en un horrible ser calvo y de orejas puntiagudas, cambiándole el nombre a Nosferatu. Aciertos del maestro alemán F. W. Murnau, quien narró desde un expresionismo naturalista, la historia ya conocida y legó el primer gran filme de terror de la historia.
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